La Argentina no es un gran país
Por Alejandro Rozitchner
www.100volando.net
Supongamos que el amor a la patria es sincero, porque hay gente que lo siente. O supongamos que, sin necesidad de ponernos nacionalistas, a uno le pase que adore su ciudad, su provincia, su circunstancia argentina, su ser de aquí, sus costumbres y sus amigos. Está todo bien. Es lindo sentir esas cosas, son partes de una actitud sana en la existencia: querer lo propio, disfrutarlo. De ese amor surgen las fuerzas afirmativas que permiten mejorar las situaciones que queremos mejorar.
Pero ahora viene la pregunta: ¿es necesario sostener a continuación la absurda idea de que la Argentina es un gran país? Veamos los hechos: aun teniendo grandes riquezas naturales no logramos eliminar la pobreza. Hemos crecido, hemos decrecido, hemos mejorado (y lo digo en serio, siendo la principal mejoría el hecho de que no tenemos ya violencia política) y, con todo, una gran parte de nuestros compatriotas continúa padeciendo miseria. No todos los chicos argentinos comen, ni tienen educación, ni tienen adecuados cuidados de salud. No todas las personas argentinas tienen trabajo, o saben trabajar. O quieren trabajar (existen todas las variables). ¿No basta este cuadro, verdadero de toda verdad, para concluir que no somos un gran país?
Los grandes países lo son por su capacidad para los grandes logros. De nada sirve decir que todos los chicos argentinos tienen derecho a la alimentación: hay que lograr darles de comer. Los grandes países lo logran. Su producción es enorme, hay dinero, recursos. Su capacidad de gestión es alta: saben generar planes asistenciales eficaces (contrariamente a lo que podemos creer con inocencia, los grandes países gastan más que nosotros en planes asistenciales y, además, los hacen mejor). Los grandes países, cuando encaran un trabajo social, no ven los objetivos desdibujados por conveniencias políticas o por corrupción, como nos pasa a nosotros. Los grandes países saben limitar la corrupción, el uso de lo público con fines privados. Los grandes países son capaces de desarrollar fuerzas de seguridad más eficaces, porque si bien en todas partes hay delincuentes no en todas se los hace víctimas del sistema y se los quiere liberar del peso opresivo de la represión capitalista (verso campeón entre los versos posibles).
Los grandes países no viven a las puteadas con sus políticos, porque las personas que los conforman, en vez de hacer el truco de quitarse responsabilizad disfrutando del encantador arte de la puteada continua y la meritoria decepción, se meten en los partidos y generan opciones de cambio. Los grandes países no rechazan a sus políticos, tienen mejores políticos. Los grandes países reinventan la política cuando lo sienten necesario, porque las personas que viven en ellos cuando ven aspectos en el gobierno que no les gustan, se meten en el tema para dar la batalla que supone el trabajo de mejorar.
Sí, claro, queda el recurso de la potencia y el sueño. La Argentina es un gran país por las cosas que podría lograr. Pero mientras no las logre, esa presunción es narcisismo barato, nacionalismo berreta. O peor: están los que piensan que la Argentina es un gran país porque hace muchos años vivió un notable momento de desarrollo. Sin embargo, los grandes países no tiran el desarrollo logrado con esfuerzo a la marchanta en una constante fiesta de demagogia y populismo. Los grandes países continúan el trabajo.
Tenemos que asumir el peso de la verdad: el nuestro no es un gran país. Sí, somos bastante inteligentes, lindos, encantadores, cancheros, talentosos pero no tenemos un gran país. ¿Nos gustaría tenerlo? Muy bien. Es un buen objetivo. Además, alcanzable. Otros lo han logrado, ¿por qué nosotros no vamos a poder hacerlo? Hagamos lo necesario.
Una de las cosas necesarias es lo que propone este artículo: no cultivar un orgullo vacío, simbólico, un amor ideal y confundido. El amor por el país se muestra en trabajos concretos. Esa costumbre nuestra de amar mucho y no hacer nada no es amor, es blablablá. Ese simbolismo confunde, engaña, retrasa. Amar y estar a las puteadas no es amar. No tenemos derecho a vivir rechazando la política, tenemos que entrar en ella y mejorarla. Tenemos que crear un ambiente político en donde la sana competencia por el poder no genere constantes trabas en la gestión sensata. Tenemos que construir una política de creatividad y entendimiento, no una de confrontaciones y divismos, de incapacidades y disgustos constantes. Hay que hacerlo ahora, porque no sólo no somos un gran país, tampoco somos eternos. ¿Alguien quiere ayudar?
¿Vos qué pensás? Opiná acá
Alejandro Rozitchner es escritor, filósofo y novelista, trabaja como inspirational speaker y es asesor de la Secretaría General del Gobierno de la Ciudad.
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Del 25 de Mayo al 9 de Julio
Bienvenido al Blog Alegorico del Bicentenario Argentino, del partido Coalición Cívica ARI Córdoba.
Nuestra intención aqui es acercarte información sobre la revolución de mayo, sobre como vivimos el Bicentenario como argentinos que somos, y por eso, queremos invitarte a reflexionar como tal, a partipar de las encuestas sobre tu punto de vista, y sobre actividades que pensamos realizar más allá incluso de la fecha patria del 25...
Porque nos interesa tu opinión y porque queremos seguir sintiendo y valorando la libertad, la igualdad, la independencia, y tanto más que significo nuestro origen, es que queremos empezar a reflexionar sobre el "Ser Nacional" y por eso tenemos programadas actividades para vos, durante lo que resta del 2010- en este 2010, año del Bicentenario- en la que vas a decidir sobre las mismas. Incluso este 9 de Julio proximo es otra gran fecha para todos, para la totalidad de la Nación Argentina, como otros dias patrios por venir.
Nuestra intención aqui es acercarte información sobre la revolución de mayo, sobre como vivimos el Bicentenario como argentinos que somos, y por eso, queremos invitarte a reflexionar como tal, a partipar de las encuestas sobre tu punto de vista, y sobre actividades que pensamos realizar más allá incluso de la fecha patria del 25...
Porque nos interesa tu opinión y porque queremos seguir sintiendo y valorando la libertad, la igualdad, la independencia, y tanto más que significo nuestro origen, es que queremos empezar a reflexionar sobre el "Ser Nacional" y por eso tenemos programadas actividades para vos, durante lo que resta del 2010- en este 2010, año del Bicentenario- en la que vas a decidir sobre las mismas. Incluso este 9 de Julio proximo es otra gran fecha para todos, para la totalidad de la Nación Argentina, como otros dias patrios por venir.
Encuestas:
Danos tu punto de vista: porque tu voto decide...
Nuestra Identidad Cultural: ¿Que es lo más "Argentino" para vos?
¿Qué "Actividad" a realizar te resultaria más interesante?.
21 jul 2010
12 jul 2010
Una opinión para el debate: Acerca de la independecia y el ser libres en estos tiempos...
Hubo muchas ideas diferentes de independencia a través de la historia argentina. En 1816 la declaración de los congresales de Tucumán fue un acto formal: el país ya tenía bandera, himno, moneda y gobierno propios. Décadas más tarde, para los unitarios no había país independiente sin cultura propia; para los federales, en cambio, no existía nación sin defensa de la soberanía. Así, la Generación del 80, Yrigoyen y el peronismo dieron nuevos significados al hecho de ser libres. Hace unos años atras en Clarín, Félix Luna los resume y ofrece su punto de vista sobre cuál de ellos tiene más lógica en este mundo de fin de siglo
¿Qué significa ser libres?
Por Félix Luna
Que yo sepa, la palabra independencia tardó tres o cuatro años en incorporarse al vocabulario revolucionario en las Provincias Unidas del Río de la Plata. Más bien se hablaba de libertad y el concepto de emancipación se reservaba para una etapa posterior, cuando las armas patriotas alejaran el peligro de una derrota. Cuando Alvear tomó Montevideo, esa pistola que desde 1810 apuntaba al pecho de la revolución , recién entonces empezó a hablarse abiertamente de independencia, aunque ya para entonces estas tierras tenían bandera, himno, moneda y gobierno propio. Pero los dirigentes porteños eran cuatos y avanzaron solo paso a paso. Cuando en 1816 el Congreso de Tucumán proclamó solemnemente la independencia, esta ya era una circunstancia irreversible que los congresales se limitaron a homologar.
Múltiples sentidos Independencia era, pues, una patria libre de toda dominación extranjera. Pero la palabra fue cambiando de connotación con el transcurso del tiempo. Para Echeverría ser independiente incluía una cultura propia. Para Rosas, la independencia era el ejercicio irrestricto de lo que hoy llamaríamos soberanía. Los organizadores del país y los hombres del 80 fueron celosos de la independencia política pero entendieron que una nación periférica como la Argentina tandría que hacer concesiones a los intereses extraneros si quería alcanzar objetivos de progreso que la robustecieran. Yrigoyen produjo algunos gestos y palabras en el campo de la políticca internacional que expresaban una mayor autonomía de decisiones: tal, la neutralidad o la no incorporación a la Sociedad de las Naciones. En las décadas de 1930 y 1940, sectores nacionalistas batieron el parche sobre la independencia económica y Perón declaró que esta era una realidad, en Tucumán, en 1946.
Los ejemplos podrían seguir, pero quiero decir que aquella vieja palabra que en el nacimiento de la Patria movilizó tantos sueños y tantos esfuerzos, fue ampliando su significación. No importa que las inclusiones hayan sido algunas veces pretextos para recursos políticos o que tuvieran un alcance puramente retórico; lo cierto es que los argentinos sentimos hoy que aquello que se proclamó hace casi 170 años es una concepción bastante más compleja que la de entonces. En un mundo tan embarullado como el de hoy, ningún país puede pretender una independencia absoluta: el solo hecho de adherir a Naciones Unidas y a muchos de sus organismos derivados restringe en alguna medida la independencia. Pero esta no puede limitarse tampoco a los ritos formales de nuestros símbolos patrios. Creo que los argentinos hoy centran la idea de la emancipación en la capacidad del país de decidir según sus propios intereses dentro de una razonable convivencia internacional y de una prudente relación con las naciones más poderosas. Esto parece obvio, pero debe completarse con la posibilidad de que nuestros compatriotas tengan un acceso posible a los bienes físicos y espirituales que hacen a la vida algo digno de vivirse. Dicho de otro modo, que sientan que nuestra condición de país independiente es un valor defendible, que vale la pena serlo.
Intereses comunes Está muy claro que el mundo marcha hacia una progresiva interdependencia y que la concepción de países autárquicos ha quedado atrás. Acaso la independencia radique para nosotros, argentinos y latinoamericanos, en dar a nuestros pueblos más educación y un instrumental de cultura que les permita distinguir sus propios intereses colectivos, y a la vez manejar una tecnología cada vez más imprescindible. De algún modo esta propuesta valoriza la idea de Echeverría. No la contradice sino que completa la significación de aquello que se proclamó en una casa tucumana cuando nuestro país era apenas un boceto, una vocación frágil y vulnerable.
Fuente: Sección Opinión en Clarín
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¿Qué significa ser libres?
Por Félix Luna
Que yo sepa, la palabra independencia tardó tres o cuatro años en incorporarse al vocabulario revolucionario en las Provincias Unidas del Río de la Plata. Más bien se hablaba de libertad y el concepto de emancipación se reservaba para una etapa posterior, cuando las armas patriotas alejaran el peligro de una derrota. Cuando Alvear tomó Montevideo, esa pistola que desde 1810 apuntaba al pecho de la revolución , recién entonces empezó a hablarse abiertamente de independencia, aunque ya para entonces estas tierras tenían bandera, himno, moneda y gobierno propio. Pero los dirigentes porteños eran cuatos y avanzaron solo paso a paso. Cuando en 1816 el Congreso de Tucumán proclamó solemnemente la independencia, esta ya era una circunstancia irreversible que los congresales se limitaron a homologar.
Múltiples sentidos Independencia era, pues, una patria libre de toda dominación extranjera. Pero la palabra fue cambiando de connotación con el transcurso del tiempo. Para Echeverría ser independiente incluía una cultura propia. Para Rosas, la independencia era el ejercicio irrestricto de lo que hoy llamaríamos soberanía. Los organizadores del país y los hombres del 80 fueron celosos de la independencia política pero entendieron que una nación periférica como la Argentina tandría que hacer concesiones a los intereses extraneros si quería alcanzar objetivos de progreso que la robustecieran. Yrigoyen produjo algunos gestos y palabras en el campo de la políticca internacional que expresaban una mayor autonomía de decisiones: tal, la neutralidad o la no incorporación a la Sociedad de las Naciones. En las décadas de 1930 y 1940, sectores nacionalistas batieron el parche sobre la independencia económica y Perón declaró que esta era una realidad, en Tucumán, en 1946.
Los ejemplos podrían seguir, pero quiero decir que aquella vieja palabra que en el nacimiento de la Patria movilizó tantos sueños y tantos esfuerzos, fue ampliando su significación. No importa que las inclusiones hayan sido algunas veces pretextos para recursos políticos o que tuvieran un alcance puramente retórico; lo cierto es que los argentinos sentimos hoy que aquello que se proclamó hace casi 170 años es una concepción bastante más compleja que la de entonces. En un mundo tan embarullado como el de hoy, ningún país puede pretender una independencia absoluta: el solo hecho de adherir a Naciones Unidas y a muchos de sus organismos derivados restringe en alguna medida la independencia. Pero esta no puede limitarse tampoco a los ritos formales de nuestros símbolos patrios. Creo que los argentinos hoy centran la idea de la emancipación en la capacidad del país de decidir según sus propios intereses dentro de una razonable convivencia internacional y de una prudente relación con las naciones más poderosas. Esto parece obvio, pero debe completarse con la posibilidad de que nuestros compatriotas tengan un acceso posible a los bienes físicos y espirituales que hacen a la vida algo digno de vivirse. Dicho de otro modo, que sientan que nuestra condición de país independiente es un valor defendible, que vale la pena serlo.
Intereses comunes Está muy claro que el mundo marcha hacia una progresiva interdependencia y que la concepción de países autárquicos ha quedado atrás. Acaso la independencia radique para nosotros, argentinos y latinoamericanos, en dar a nuestros pueblos más educación y un instrumental de cultura que les permita distinguir sus propios intereses colectivos, y a la vez manejar una tecnología cada vez más imprescindible. De algún modo esta propuesta valoriza la idea de Echeverría. No la contradice sino que completa la significación de aquello que se proclamó en una casa tucumana cuando nuestro país era apenas un boceto, una vocación frágil y vulnerable.
Fuente: Sección Opinión en Clarín
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10 jul 2010
Los Jubilados deben ser nuestra prioridad: tu firma hace a la dignidad...
LOS JUBILADOS
DEBEN SER
NUESTRA PRIORIDAD
Hoy en día, más de 4 millones y medio de personas mayores cobran la jubilación mínima, que es de $895,15.
Luego de tantos años de marginación, la situación de abandono en que se encuentran los jubilados se ha convertido en algo vergonzosamente normal y cotidiano.
El reclamo histórico del 82% móvil no fue prioridad para ningún gobierno. Por el contrario, los fondos previsionales siempre fueron utilizados para otros fines.
En mayo de este año, la Coalición Cívica – ARI presentó un proyecto en la Cámara de Diputados para aumentar las jubilaciones y rediscutir el sistema previsional argentino.
En base a esa propuesta, el martes 29 de junio distintos diputados de la oposición firmaron un dictamen que establece las siguientes medidas:
1) Elevación de la jubilación mínima al 82% del salario mínimo, vital y móvil. Hoy el salario mínimo equivale a $1.500, por lo tanto, la jubilación mínima se elevará a $1.230.
2) Recomposición de los haberes previsionales según el caso “Badaro”. Para aquellos jubilados que estuvieron o están por encima de la jubilación mínima se les aplicará la movilidad del fallo Badaro, de 88,6% entre enero de 2002 y diciembre de 2006.
3) Modificación de la fórmula de movilidad actual. Se reemplazará por el Índice General de Salarios del INDEC.
En el mes de agosto, este proyecto se estaría votando en la Cámara de Diputados. El Gobierno Nacional sostiene que no hay fondos suficientes para pagar este aumento. Sin embargo, el dinero de la ANSeS es utilizado para financiar el gasto público y a empresas de dudosa o nula rentabilidad.
Por lo tanto, para que esta iniciativa se convierta en realidad es necesario el compromiso de todos.
...Firmá por una jubilación digna para nuestros mayores
En el marco de la campaña nacional: el CC-ARI local iniciará una recolección de firmas con el objeto de instar a los diputados y senadores a aprobar de forma urgente los proyectos de ley vinculados con el aumento de la jubilación mínima y el 82% móvil, pero también en lo relacionado con la reestructuración del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), la adecuación y actualización global de todos los haberes según lo dispone el “fallo Badaro”, la creación de una Prestación Anticipada por Desempleo para quienes tienen 30 años de aportes pero no alcanzan la edad mínima para jubilarse y el blanqueo de todas las sumas no remunerativas que perciben los trabajadores del sector público nacional.
Este sabado 10 de julio, por la mañana, podes acercate a informarte y a firmar en la mesa del CC-ARI Córdoba que estará ubicada en los alrededores del Cabildo.
Además podes firmar online o descarga de acá la planilla para recolectar firmas en tu barrio o lugar de trabajo, entre tu familia, amigos y vecinos y apoya el paquete de medidas presentadas por la Coalición Cívica en el Congreso de la Nación (luego las podes acercar al local partidario situado en Rioja 681, casi esquina con Fragueiro)
Este sabado 10 de julio, por la mañana, podes acercate a informarte y a firmar en la mesa del CC-ARI Córdoba que estará ubicada en los alrededores del Cabildo.
Además podes firmar online o descarga de acá la planilla para recolectar firmas en tu barrio o lugar de trabajo, entre tu familia, amigos y vecinos y apoya el paquete de medidas presentadas por la Coalición Cívica en el Congreso de la Nación (luego las podes acercar al local partidario situado en Rioja 681, casi esquina con Fragueiro)
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Actividades sobre el Bicentenario Argentino
9 jul 2010
9 de Julio: día de la Independencia Argentina...
La declaración de independencia de la Argentina fue una decisión tomada por el Congreso de Tucumán que sesionó en la ciudad de San Miguel de Tucumán de las entonces Provincias Unidas en Sudamérica. Fue proclamada el 9 de julio de 1816 en la casa que era propiedad de Francisca Bazán de Laguna, la cual fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1941. Con dicha declaración, se rompían los vínculos de dependencia política que los gobiernos locales tenían con la monarquía española.
El Congreso de Tucumán...
El Congreso fue convocado cuando la Santa Alianza promovía en Europa la restauración monárquica y combatía los movimientos liberales y democráticos. Comenzó en Tucumán, una ciudad del interior, por el creciente disgusto de los pueblos frente a Buenos Aires. Desde la supresión de la Junta Grande por el Primer Triunvirato en 1811 hasta el Directorio de Alvear, la conducción porteña había impuesto sus criterios centralistas, desconociendo las tendencias confederales de la mayoría de esos pueblos. Las provincias fueron convocadas para reunirse en Tucumán y enviaron sus diputados. Estuvieron incluidas algunas del Alto Perú, por entonces en manos realistas, pero se excluyeron Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos y la Banda Oriental, por diferencias políticas. Entre los congresistas, predominaba el sentimiento antiporteño. Las sesiones comenzaron el 24 de marzo de 1816, con Alvarez Thomas como Director Supremo, en la casa de doña Francisca Bazán de Laguna y fueron anunciadas por una salva de 21 cañones. Pero pronto Alvarez Thomas renunció y el 16 de abril fue reemplazado por González Balcarce, quien también renunció. El 3 de mayo, Juan Martín de Pueyrredón, del grupo porteño, fue elegido Director Supremo, con el objetivo de pacificar y unir a todo el territorio.
Los diputados Esteban Agustín Gazcón, Teodoro Sánchez de Bustamante y José Mariano Serrano presentaron un plan aceptado por todos y cuyos puntos fundamentales fueron:
- Comunicarse con todas las provincias para insistir en la necesidad de unión y así enfrentar al enemigo externo.
- Declarar la Independencia.
- Discutir la forma de gobierno más conveniente para las Provincias Unidas.
- Elaborar un proyecto de Constitución.
- Preparar un plan para apoyar y sostener la guerra en defensa propia, proveyendo de armamentos a los ejércitos patriotas.
9 de julio: Declaración de la Independencia
Tras una serie de medidas y después de arduas discusiones acerca de la forma de gobierno, el 9 de julio de 1816, a pedido del diputado jujeño Teodoro Sánchez de Bustamante, se discutió el proyecto de Declaración de la Independencia. Después de tres meses y medio de sesiones, el Congreso proclamó este día la existencia de una nueva nación libre e independiente de España u otras naciones: las "Provincias Unidas de Sud América". El diputado sanjuanino Francisco Narciso de Laprida preguntó: "¿Queréis que las Provincias de la Unión sean una Nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli?". Todos los diputados contestaron afirmativamente. De inmediato, se labró el "Acta de la Emancipación".
¿Qué pasó después... con la Declaración de la Independencia?
Desde 1813, las Provincias Unidas del Río de la Plata ya no juraban fidelidad a Fernando VII. La soberanía recaía en la Asamblea Nacional General Constituyente (Asamblea del Año XIII), que estuvo reunida entre 1813 y 1815.
Después, la soberanía pasó al Congreso Nacional General Constituyente, que estuvo reunido entre 1816 y 1820 (Congreso de Tucumán). Disuelto el Congreso y el Directorio, a comienzos de 1820, no hubo gobierno nacional en el país hasta la elección de Bernardino Rivadavia como Presidente de la República, el 7 de Febrero de 1826.
Desde 1820 hasta 1826 y desde 1827 (tras la renuncia de Vicente López y Planes, sucesor de Rivadavia) hasta 1853 (año de sanción de la Constitución Nacional Argentina que rige actualmente) cada provincia reasumió su soberanía, sancionó su constitución propias y tuvo sus propias instituciones y autoridades, independientes de las demás provincias, como si cada una de ellas fuese un Estado.
Durante esos largos períodos de autonomías provinciales, se tomó por costumbre que las provincias delegaran el manejo de las relaciones exteriores (cuerpo diplomático) y los negocios de paz y guerra en el gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
El gobierno de Buenos Aires obtuvo el reconocimiento de la Independencia por parte de las principales potencias del mundo: Estados Unidos de América (1822) Gran Bretaña (1824) Francia (1830)
Nuestra independencia...
Este 9 de Julio del 2010, en el año del Bicentenario, se cumplen unos 194 años de la declaración de nuestra independencia, un episodio clave de nuestra historia en cuanto a la consolidación de la emancipación nacional, con lo cual se comenzó a consolidar el afianzamiento de la Nación argentina dentro de la perspectiva latinoamericana, culminando de tal modo el proceso que había tenido su comienzo el 25 de Mayo de 1810, debiendo transcurrir seis años para que la independencia cobrara realidad, allá por 1816.
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El Congreso de Tucumán...
El Congreso fue convocado cuando la Santa Alianza promovía en Europa la restauración monárquica y combatía los movimientos liberales y democráticos. Comenzó en Tucumán, una ciudad del interior, por el creciente disgusto de los pueblos frente a Buenos Aires. Desde la supresión de la Junta Grande por el Primer Triunvirato en 1811 hasta el Directorio de Alvear, la conducción porteña había impuesto sus criterios centralistas, desconociendo las tendencias confederales de la mayoría de esos pueblos. Las provincias fueron convocadas para reunirse en Tucumán y enviaron sus diputados. Estuvieron incluidas algunas del Alto Perú, por entonces en manos realistas, pero se excluyeron Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos y la Banda Oriental, por diferencias políticas. Entre los congresistas, predominaba el sentimiento antiporteño. Las sesiones comenzaron el 24 de marzo de 1816, con Alvarez Thomas como Director Supremo, en la casa de doña Francisca Bazán de Laguna y fueron anunciadas por una salva de 21 cañones. Pero pronto Alvarez Thomas renunció y el 16 de abril fue reemplazado por González Balcarce, quien también renunció. El 3 de mayo, Juan Martín de Pueyrredón, del grupo porteño, fue elegido Director Supremo, con el objetivo de pacificar y unir a todo el territorio.
Los diputados Esteban Agustín Gazcón, Teodoro Sánchez de Bustamante y José Mariano Serrano presentaron un plan aceptado por todos y cuyos puntos fundamentales fueron:
- Comunicarse con todas las provincias para insistir en la necesidad de unión y así enfrentar al enemigo externo.
- Declarar la Independencia.
- Discutir la forma de gobierno más conveniente para las Provincias Unidas.
- Elaborar un proyecto de Constitución.
- Preparar un plan para apoyar y sostener la guerra en defensa propia, proveyendo de armamentos a los ejércitos patriotas.
9 de julio: Declaración de la Independencia
Tras una serie de medidas y después de arduas discusiones acerca de la forma de gobierno, el 9 de julio de 1816, a pedido del diputado jujeño Teodoro Sánchez de Bustamante, se discutió el proyecto de Declaración de la Independencia. Después de tres meses y medio de sesiones, el Congreso proclamó este día la existencia de una nueva nación libre e independiente de España u otras naciones: las "Provincias Unidas de Sud América". El diputado sanjuanino Francisco Narciso de Laprida preguntó: "¿Queréis que las Provincias de la Unión sean una Nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli?". Todos los diputados contestaron afirmativamente. De inmediato, se labró el "Acta de la Emancipación".
¿Qué pasó después... con la Declaración de la Independencia?
Desde 1813, las Provincias Unidas del Río de la Plata ya no juraban fidelidad a Fernando VII. La soberanía recaía en la Asamblea Nacional General Constituyente (Asamblea del Año XIII), que estuvo reunida entre 1813 y 1815.
Después, la soberanía pasó al Congreso Nacional General Constituyente, que estuvo reunido entre 1816 y 1820 (Congreso de Tucumán). Disuelto el Congreso y el Directorio, a comienzos de 1820, no hubo gobierno nacional en el país hasta la elección de Bernardino Rivadavia como Presidente de la República, el 7 de Febrero de 1826.
Desde 1820 hasta 1826 y desde 1827 (tras la renuncia de Vicente López y Planes, sucesor de Rivadavia) hasta 1853 (año de sanción de la Constitución Nacional Argentina que rige actualmente) cada provincia reasumió su soberanía, sancionó su constitución propias y tuvo sus propias instituciones y autoridades, independientes de las demás provincias, como si cada una de ellas fuese un Estado.
Durante esos largos períodos de autonomías provinciales, se tomó por costumbre que las provincias delegaran el manejo de las relaciones exteriores (cuerpo diplomático) y los negocios de paz y guerra en el gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
El gobierno de Buenos Aires obtuvo el reconocimiento de la Independencia por parte de las principales potencias del mundo: Estados Unidos de América (1822) Gran Bretaña (1824) Francia (1830)
Nuestra independencia...
Este 9 de Julio del 2010, en el año del Bicentenario, se cumplen unos 194 años de la declaración de nuestra independencia, un episodio clave de nuestra historia en cuanto a la consolidación de la emancipación nacional, con lo cual se comenzó a consolidar el afianzamiento de la Nación argentina dentro de la perspectiva latinoamericana, culminando de tal modo el proceso que había tenido su comienzo el 25 de Mayo de 1810, debiendo transcurrir seis años para que la independencia cobrara realidad, allá por 1816.
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4 jul 2010
Argentina se despidio del mundial
Se termino el sueño mundialista:
...Argentina, luego de la derrota por 4 a 0 ante Alemania, se despidio del mundial. Luego de ganarle por 3 a 1 a Mexico, la final estaba más cerca pero no pudimos superar a los alemanes. Nuestra selección quedo entre las mejores 8 del mundo y la ilusión nos encontrara otra vez juntos, en Brazil 2014.
A disfrutar de lo que queda del mundial, y a palpitar desde ahora, la copa America del año próximo.
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